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En Granada tuvimos la suerte de volver a encontrarnos el día 08 de febrero para formarnos e informarnos sobre la situación actual de nuestra ONGD COVIDE-AMVE.
Fue un encuentro muy afectivo y emotivo con la formación ofrecida por el Padre Miguel Sánchez, C.M.; la experiencia misionera de sor Remedios López destinada en Ruanda y la información ofrecida por sor Sabina de Vera Cintas (Directora de COVIDE-AMVE).
Bajo el Objetivo 3 de Desarrollo marcado para fomentar este año en las diferentes actuaciones de la Organización: “GARANTIZAR UNA VIDA SANA Y PROMOVER EL BIENESTAR PARA TODAS LAS EDADES”, el Padre Miguel nos dio una visión amplia de las diferencias entre países del hemisferio norte con respecto a los del hemisferio sur en materia de salud y posibilidad de acceso a ella, tanto en atención médica como en medicamentos o en calidad de vida. Pero lo más importante de toda su intervención fue la implicación que durante todo el tiempo estuvo buscando entre los asistentes para ver qué más podemos hacer por nuestros hermanos más pobres y/o en qué podemos privarnos para dárselo a otro.
La experiencia misionera de sor Remedios nos llevó a la realidad de Ruanda, la situación que allí se vive y las necesidades que existen. Su exposición tocó la sensibilidad de más de uno de los asistentes y nos hizo entender aún más toda la reflexión recibida durante la mañana que culminó sor Sabina con los datos reales de la implicación y actuación de la provincia en la colaboración con los proyectos y las becas.
La jornada terminó, como no podía ser de otra manera, con la celebración de la Eucaristía donde pudimos dar gracias a Dios por todo lo vivido y recibido este día, a la vez que nos impulsa a salir a las periferias de nuestros lugares de origen para transmitir y contagiar todo lo recibido este día.
Damos gracias a Dios por el reencuentro vivido con los miembros de las diferentes ramas de la familia vicenciana y porque, gracias a estos momentos, podemos sentir y ver que nuestro mundo se parece muy poco al que otros viven y que, porque así Dios lo ha querido y no por nuestros méritos, tenemos la suerte de vivir ajenos al peligro, al miedo, el hambre o la inseguridad de quienes no tienen nada o tienen muy poco.