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La Cruz de Lampedusa vuelve a España a recorrer algunas de las Diócesis que aún no han recibido su visita. Desde Andalucía y Ceuta, hasta la Diócesis de Tuy-Vigo (Galicia), esta cruz recorrerá cientos de kilómetros siendo signo de fraternidad y acogida entre todos, cumpliendo así el encargo que hizo el Papa Francisco cuando la bendijo.
En su primer viaje apostólico, Francisco quiso empezar a hacer realidad su sueño de una Iglesia pobre para los pobres. Y así visitó esta isla italiana de Lampedusa que acoge a miles de migrantes. La cruz fue realizada en el año 2014 con motivo de dicha visita y la característica principal es que está hecha con trozos de embarcaciones que naufragaron en el mar Mediterráneo con personas que buscaban una vida mejor.
Para nosotros que la recibimos ¿qué puede significar? Ante todo un momento de recuerdo por todos aquellos que perdieron la vida en tránsito hacia una forma de vida más digna. Y también una llamada de atención a nuestra responsabilidad personal, comunitaria y como Iglesia.
Cuando todos los servicios sociales, comedores, obras sociales, colegios, etc. se ven desbordados por la cada vez mayor afluencia de migrantes y su primera atención por parte de la Adminsitración o de distintas ONG´s se ve dilatada en el tiempo. Cuando desde distintos ámbitos se nos quiere hacer creer que estos “inmigrantes nos quitan los puestos de trabajo y las ayudas”. Cuando se nos lanzan noticias de que Europa ha acogida ya demasiadas personas refugiadas, cuando la realidad es que no ha acogida la cantidad que se había comprometido a hacer y cierra sus fronteras ignorando todos los Tratados Internacionales de forma unilateral.
Es el momento de que, como Iglesia, como Compañía, como cristianos, digamos ¡BASTA! Con nosotros no contéis para seguir difundiendo estos mensajes que van en contra del mandamiento del AMOR, de ACOGER al forastero, VESTIR al desnudo, DAR DE COMER al hambriento…
La Cruz de Lampedusa nos recuerda que el mar Mediterráneo es el mayor cementerio del mundo y que no podemos volver la cara para otro lado para ignorar esa realidad. Seamos valientes, pensemos cuáles pueden ser nuestros pequeños gestos que hagan realidad la construcción de un mundo más fraterno. Y acudamos, donde podamos, a las actividades programadas para esta visita.
Sor María Fernanda Delegada Provincia España Norte