Emergencia: Ayuda humanitaria damnificados huracanes Eta e Iota
Ciudad: Varias
Pais: Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Costa Rica
Financiación del Proyecto: Completada la financiación
Estado del Proyecto: Proyecto Ejecutado
HURACAN: “ETA”: Ha sido el más fuerte de la temporada de huracanes del Atlántico del 2020. Se formó como depresión tropical el 31 de octubre. Al día siguiente ya era tormenta tropical, y se intensificó rápidamente alcanzando el rango de huracán el 2 de noviembre, en tiempo record y llegando a tener categoría 4 (en una escala de 5). ETA tocó tierra en Nicaragua el 3 de noviembre con vientos de 225 km/h, pero para entonces ya había producido lluvias abundantes en Nicaragua, Honduras, Guatemala, Panamá y parte de México. Entró en territorio hondureño la noche del miércoles 4, y atravesó Puerto Cortés en la tarde-noche del jueves muy debilitado, con vientos de apenas 40 km/h. Pero para entonces todo el daño estaba hecho. En Puerto Cortés llovió desde el domingo hasta el miércoles cayeron cerca de 150 mm de lluvia. Las previsiones de “vientos catastróficos” (Nicaragua) e “inundaciones catastróficas” (Honduras)no eran nada halagüeñas.
La influencia de Eta, la 28ª tormenta de la temporada activa de huracanes de este año se ha hecho sentir en toda Centroamérica, una región con costas en el Atlántico y el Pacífico donde viven muchas familias pobres y extrema pobreza, asentados en zonas de alto riesgo. Resuena fuerte en estos momentos de dolor y desolación por los destrozos ocasionados a causa del Huracán ETA, víctimas humanas, infraestructuras dañadas, agricultura perdida, familias y comunidades completas sepultadas, nos impulsa la esperanza de poner un granito de arena y la solidaridad de todos y todas para contribuir a la reconstrucción de tanto desastre. Se está produciendo en Honduras una inundación de la solidaridad, realizado desde la Parroquia San Vicente de Paúl en San Pedro Sula, dirigida por los Padres Paúles; desde el primer momento se ha organizado la recepción y distribución de donativos para los afectados; tratando de distribuir alimentos de primera necesidad, comida preparada, agua, medicinas, artículos de higiene, ropa, etc. todo aquello que pueda ayudar a los diferentes albergues y las parroquias que tenían mayor cantidad de población afectada. Las Hijas de la Caridad servimos en los seis países, siendo los menos afectados El Salvador y Costa Rica, sin embargo, sufrieron algunos daños de consideración; Guatemala, Honduras, Nicaragua y David en Panamá tuvieron mayor sufrimiento y pérdidas, humanas y materiales, razón por la cual acudimos a la solidaridad de corazones para contribuir en lo posible en la restauración correspondiente.
SEGUNDO HURACAN: “IOTA” PONE A PRUEBA AL PUEBLO HONDUREÑO: La palabra griega IOTA desconocida hasta ahora para la mayoría del pueblo de Honduras, ha pasado a ser sinónimo de “miedo”, por no decir “pánico”. El lunes 16 de noviembre por la noche tocaba tierra este poderoso huracán, categoría 5 (la máxima) en las costas del caribe de Nicaragua, casi por el mismo punto que lo hizo Eta. Ya ese día comenzó a afectar a nuestro territorio, especialmente a la zona de La Moskitia, fronteriza con Nicaragua, y que es atendida por los Padres Paúles, desde la Parroquia San José, en Puerto Lempira. Toda la zona de La Moskitia se ha visto afectada por lluvias y vientos pero la parte que preocupa es el municipio de Villeda Morales, conocido como “Zona Recuperada” que esta aislada y se tiene poca comunicación al caerse la torre de telefonía celular.
La tarea que queda por delante es ardua, la reconstrucción será trabajo de todos. Por un lado está la destrucción de infraestructuras: puentes, carreteras, caminos, tendido eléctrico, suministro de agua, recogida de aguas residuales… Los daños son muchos en todo el país. Luego están las empresas y negocios, ya golpeados por el confinamiento y la pandemia del COVID19. Grandes empresas han sufrido la inundación de sus instalaciones y daño en parte de la maquinaria. No es mejor la situación de los campesinos que han perdido gran parte de su cosecha. Será necesario apoyarlos y ayudarles con semillas. Y no nos olvidamos de aquellos que han perdido sus casas, o que conservan las cuatro paredes, pero han perdido todo; familias que tienen que empezar de cero.
Por ello, nuestra solidaridad no debe terminar, debemos seguir haciendo efectiva nuestra caridad mientras continúe el sufrimiento de esta población, tal como nos lo enseñó San Vicente de Paúl.
Tabla resumen de costes y aportaciones:
Entidades que colaboran como financiación Externa: