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En 1972, la Asamblea de las Naciones Unidas proclamó el 5 junio como el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha clave para recordar y sensibilizar sobre la importancia de cuidar el medio en el que vivimos. Cada año, un país diferente es el encargado de acoger este día, y en 2025 será la República de Corea. La contaminación por plásticos es la temática que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)) ha decidido que centrará este día.
¿Cómo se fabrica el plástico?
El plástico está compuesto por unas cadenas de moléculas de gran tamaño (polímeros). Estos pueden ser de dos tipos: naturales (procedentes de materias primas vegetales (celulosa) o animales (caseina)) y sintéticos (a partir de derivados del petróleo, gas natural o carbón).
Este material se fabrica a partir de derivados del petróleo, principalmente Nafta, que tras ser sometido a diferentes procesos fisicoquímicos (craqueo a vapor y polimerización) da lugar a un polvo granulado conocido como plástico. Además, durante este proceso se añaden cargas (para reducir el coste producción) y aditivos (potenciadores de determinadas cualidades según el plástico necesitado). De esta manera obtenemos 3 tipos de plásticos: termoplásticos (los más utilizados, generalmente para botellas, bolsas, etc.), termoestables (para productos como enchufes, interruptores, etc.) y elastómeros (cauchos, siliconas, neoprenos, etc.).

Para darle la forma final, el plástico se calienta y se le da forma mediante los métodos de inyección, extrusión, soplado y moldeado al vacío. Esto es así para todos los plásticos excepto para los termoestables, que se fabrican mediante compresión, impregnación de resinas o inyección.
El plástico, un grave problema medioambiental.
Durante el año 2023, se produjeron en el mundo 2.300 millones de toneladas de residuos. Cada año, el mundo produce más de 400 millones de toneladas de plásticos de los que menos de un 10% se reciclan. Estas cifras suponen un serio problema y una amenaza para la supervivencia de los ecosistemas terrestres, de los que no debemos olvidar que formamos parte. Se estima que, de esos 400 millones, 11 acaban en el mar y entran a formar parte de los ciclos biológicos marinos.
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Los plásticos son un tipo de residuo que tarda mucho en desaparecer, dependiendo del tipo puede ir de los 100 a los 1.000 años. Esta longevidad crea un problema de tal magnitud que, debido a las corrientes marinas, estos residuos acaban formando “islas flotantes” en los océanos. En la actualidad hay 5 grandes islas, siendo la más grande la situada en el océano pacífico con una cantidad estimada de 2.000 millones de residuos plásticos. Sus dimensiones son tales que podría cubrir 3 veces la superficie de Francia.
Además, esta longevidad también lleva asociado otro problema: los microplásticos, pequeñas moléculas de plástico, de un tamaño inferior a 5 milímetros. Estas entran a formar parte de los ciclos biológicos en los diferentes ecosistemas terrestres teniendo repercusiones muy importantes en las especies que forman parte y, por tanto, también en nosotros.

¿Qué podemos hacer para reducir la contaminación por plásticos?
Ante la gravedad de este problema, es fácil caer en la impotencia y pensar que es un problema prácticamente imposible de solucionar. Pero recuerda que cada pequeño es una gran ayuda para reducir la contaminación por este material en tu comunidad y en el mundo. Entre otras cosas, puedes:
- Reducir el uso de plásticos de un solo uso: sin duda son los más peligrosos, los usas una vez y van a la basura. Sustituyes botellas, cubiertos o pajitas por otras opciones que sean reutilizables: botellas de vidrio rellenables y cubiertos o pajitas reutilizables.
- Evita el sobre-empaquetado: compra productos a granel, evitando aquellos que llevan en sus envases grandes cantidades de plástico absolutamente innecesarias.
- Elige productos de higiene y cosméticos sin microplásticos: muchos de estos productos contienen pequeñas porciones de plástico para conseguir diferentes efectos. Muchas veces no es necesario añadirlos, por lo que evitar comprarlos supone una gran diferencia.
- Recicla correctamente: separa el plástico y los envases del resto de productos. Recuerda llevarlos al contenedor amarillo o al contenedor especializado de tu punto limpio.
- Educa y sensibiliza: crea conciencia en los demás sobre este problema, da igual la edad, todos podemos ayudar a nuestro planeta desde casa.
Nosotros, como ONGD comprometida con la Laudato Si, realizamos proyectos de Educación Transformadora para la Ciudadanía Global que buscan reducir los residuos que generamos para cuidar de nuestra casa común. Recuerda que tú eres parte de la solución, comienza ya.
