Un año más, este domingo 19 de octubre se celebra el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones), un día en el que la Iglesia y sus organizaciones rezan por los territorios de la misión y envían sus colectas dominicales para este propósito. Este DOMUND 2025 es una año especial pues coincide con el inicio del fin del Jubileo de la Esperanza, que ha marcado todo el año, y es para el Papa León XIV, su primer jubileo como sumo pontífice de la Iglesia.

Durante el mes de octubre, todos los cristianos estamos llamados a participar de forma activa en la misión. Como nos recordaba el Padre José María Calderón, director nacional de la OMP, durante la presentación de la campaña que “La iglesia a mí que me incumbe no es la de mi parroquia solo, ni la de mi grupo solo. Es la de la Iglesia Universal.” Así, nuestra participación se puede hacer de 3 formas:

1. LA ORACIÓN: teniendo presente en nuestra oración diaria a la misión, a las misioneras y los misioneros que trabajan todos los días en todo el mundo por llevar el mensaje de Jesús y ayudar a los más vulnerables.
2. EL VOLUNTARIADO: da una parte de tu tiempo a colaborar con la misión a través de las diversas formas de voluntariado que ofrecen organizaciones de la Iglesia, ONGD u otras instituciones del Tercer Sector.
3. LA DONACIÓN: mediante el apoyo económico durante el DOMUND o en cualquiera de los otros momentos que la OMP crea a lo largo del año.

Durante el paso año, el DOMUND consiguió recaudar para la OMP casi 13 millones de euros, lo que sitúa a España como el segundo país que más contribuye al mantenimiento de la misión. En esta ocasión, los fondos obtenidos han ido a parar a África, Asia, América y Oceanía, en ese orden. Gracias a estas contribuciones, se ha conseguido que las misiones puedan continuar con su funcionamiento diario, se ha sostenido a los catequistas, se han construido nuevos templos y edificios eclesiásticos o se han realizado proyectos sociales.

Coincidiendo con este Jubileo de la Esperanza, el Papa Francisco, que escribió el mensaje para este año antes de fallecer el paso mes de abril, nos animaba a sentirnos “signos y mensajeros de esperanza para todos, en cada lugar y circunstancia que Dios nos concede vivir.” Un año más, no podemos dejar pasar esta fecha sin agradecer a todos los misioneros y misioneras vicencianos su trabajo con los más vulnerables. El superior general de la Congregación de la Misión, el Padre Tomaž Mavrič, nos recordaba en su carta por la festividad de San Vicente de Paúl que el santo “se nos presenta como un hombre de esperanza” porque fue capaz de dar testimonio y vivir su fe en los contextos más complicados y difíciles. Por ello, el fundador del carisma vicenciano fue un auténtico misionero de la esperanza.