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Ángela Paniagua Ibáñez
Estudiante de la Residencia Labouré, Valladolid
Con tan solo 24 años, la hoy Santa Catalina Labouré decidió consagrarse a Dios como Hija de la Caridad. Durante los años previos, la joven Catalina se había dedicado al cuidado del hogar, de los animales y de sus hermanos pequeños. Ella realizaba todas estas tareas de manera gozosa, pues sabía que ése era el camino que Dios había marcado para ella. A los 18 años, Catalina tuvo un sueño profético en el que San Vicente le decía que debía servir a los pobres y cuidar a los necesitados. Así fue como supo que su misión era convertirse en Hija de la Caridad.
Esta labor de servicio y ayuda que tan presente tuvo Santa Catalina a lo largo de toda su vida es la misma que guía los corazones de todas las Hermanas que viven en la Residencia Labouré. Cada día muestran su compromiso con Dios cuidando de las residentes, ayudando con todo lo que está en su mano, atendiendo a los niños y alimentando a los más necesitados. Además, se encargan de que todos los años, cada 28 de noviembre, la figura y la labor de esta Santa no caiga en el olvido entre las más jóvenes. Este año no ha sido diferente y en la residencia se ha podido disfrutar de una fiesta en honor de su patrona como hacía mucho tiempo que no se disfrutaba. El ambiente fue inmejorable y todo gracias a la Tuna de Derecho de Valladolid, que acudió como siempre desde hace más de 8 años. No sólo nos lanzamos a bailar todas las residentes, sino que las Hermanas también se unieron a la fiesta y se divirtieron con todas nosotras.
Esta no es la única celebración. Y es que cerca de la fecha de Navidad también se prepara un menú especial y las instalaciones se decoran minuciosamente: desde la entrada hasta las puertas de las habitaciones de las residentes. No faltan tampoco los villancicos, que el grupo de jóvenes que forman el coro entonan durante la celebración de la misa.
Sor Begoña es una de estas Hijas de la Caridad que vive en la Residencia Labouré y que ha decidido servir como intermediaria del proyecto ‘Siembra’, puesto en marcha por las misioneras de esta Congregación que se encuentran en Chad, un país del centro de África. Este proyecto consiste en aportar microcréditos a las familias más necesitadas de esta población, para que puedan escolarizar a los niños, tener acceso a medicamentos y, en definitiva, mejorar su calidad de vida. Para fomentar que la gente colabore con esta causa, desde la Residencia Labouré se ha decidido celebrar un sorteo en el que se puede participar comprando unas papeletas. La labor de sor Begoña ha sido muy significativa, pues ha conseguido vender todas las papeletas, lo que supone una aportación de 1.100 euros, algo realmente importante para los beneficiarios de esta ayuda en Chad.
Además, con la intención de seguir ayudando a sus Hermanas misioneras y que las residentes seamos también parte de ello, sor Begoña se ha encargado de celebrar un ‘Bingo Misionero’. De esta manera, en la residencia podremos vivir una noche diferente y divertirnos jugando y sabiendo que nuestra aportación es vital para todas las familias que tendrán la oportunidad de mejorar sus vidas.
Como una de las jóvenes que vive en la Residencia Labouré, me siento muy afortunada y agradecida por haber tenido la oportunidad de escribir este pequeño artículo y de haber conocido la labor de las Hijas de la Caridad, que cada día se esfuerzan por llevar a cabo proyectos tan importantes como ‘Siembra’. Haber aportado mi granito de arena me hace darme cuenta de lo importante que es seguir el ejemplo de Santa Catalina Labouré y de todas las mujeres que han decidido dedicar su vida entera a servir y cuidar al prójimo, sabiendo que Dios estará siempre acompañándolas en su tan importante misión de vida.