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En 1979, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) proclama el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación. Alimentarnos es una de las necesidades humanas básicas, sin alimentación no hay vida y por ello está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como uno más.
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este año el lema elegido es: “Derechos a la alimentación para una vida y un futuro mejores”, buscando concienciar sobre la importancia de que todos y todas podamos acceder a los alimentos que necesitamos, y que estos sean seguros y nutritivos.
El derecho a la alimentación en el mundo.
La inseguridad alimentaria se puede definir como la carencia “de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable” (FAO). Esto puede deberse a varios motivos como la falta de existencias y/o la falta de medios para poder obtenerlos. La FAO, ha desarrollado una escala que permite medir los niveles de inseguridad alimentaria:
DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN de Comunicación COVIDE-AMVELa crisis climática y los conflictos bélicos son las principales causas del hambre en el mundo actual. Ambos, provocan el desplazamiento de millones de personas y destruyen, no solo comunidades, sino también economías. Así, se produce un aumento del precio de los alimentos que afecta a las sociedades más vulnerables.
El último informe sobre seguridad alimentaria y nutrición en el mundo realizado por la FAO nos ha lanzado unos datos que son verdaderamente preocupantes. Según este, entre un 8,9 % y un 9,4 % de la población mundial podrían haber padecido hambre en el año 2023. Además, se estima que el 28,9 % de la población mundial padeció inseguridad alimentaria durante ese mismo año. África continúa siendo el continente en el que más personas pasan hambre y sufren inseguridad alimentaria, seguido por Asia, América Latina y el Caribe.
Haití, donde la alimentación no es un derecho.
El pasado mes de junio el país estaba sufriendo un nuevo recrudecimiento de la violencia tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en marzo de 2021. Por desgracia, la situación no ha mejorado. La inflación no ha dejado de crecer hasta situarse en el 46,6 %, según datos de Manos Unidas. Esto provoca que millones de personas se vean en la imposibilidad de poder comprar alimentos, haciendo que la cifra de personas que sufren inseguridad alimentaria grave en el país caribeño se sitúe en casi 5,5 millones de personas. Esto situada a Haití en un nivel 3 + (crisis) de inseguridad alimentaria según el portal del IPC (Integrated Food Security Phase Classification).
Las niñas y niños son los más afectados por esta situación pues, según datos de UNICEF, 1 de cada 4 niños haitianos sufren desnutrición crónica, lo que les provoca importantes problemas de desarrollo físico y cognitivo.
Las Hijas de la Caridad y COVIDE – AMVE luchando contra la inseguridad alimentaria en Haití.
Desde el momento en el que nos llegaron las primeras noticias de esta terrible situación, COVIDE – AMVE inició todos los protocolos para enviar recursos a la Compañía de las Hijas de la Caridad, presentes en la zona. Las misioneras HC en el país, nos contaban hace unos días los problemas a los que se enfrentan en el país. En primer lugar, la violencia en las calles por parte de las bandas armadas hacía que en muchas ocasiones no pudieran salir de su residencia. Esto impedía que su ayuda pudiera llegar a aquellos que dependen de ellas para poder vivir, como los enfermos y ancianos que reciben cuidados en sus domicilios.
Otro problema es la desnutrición infantil moderada y severa, que afecta a un importante porcentaje de niños menores de 5 años. Esto no solo provoca que tengan problemas de salud sino también dificultades de aprendizaje que les impiden un completo desarrollo físico y cognitivo. Además, la inseguridad ha provocado que la mayoría de escuelas (muchas veces los únicos espacios seguros para los menores) tengan que cerrar.
Y entonces te preguntarás, ¿qué puedo hacer yo?
Tú puedes colaborar para combatir el hambre y mejorar la seguridad alimentaria de millones de personas. Por ello, el pasado mes de junio, lanzamos un SOS por Haití buscando conseguir llevar ayuda al país caribeño. Si quieres colaborar, puedes seguir el enlace anterior donde te explicamos como puedes hacerlo. Además, a continuación, te presentamos otros 4 sencillos consejos para lograrlo:
- Apoya a ONGD que combatan el hambre y sus consecuencias: puedes realizar donaciones a organizaciones que busquen eliminar estos problemas en el mundo. Además, muchas de ellas ofrecen programas de voluntariado con los que puedes implicarte de forma activa en el proceso. Recuerda, el hambre no es solo un problema de los países del sur global, sino que también está muy presente en nuestros países.
- Reduce el desperdicio de comida: según datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, en el mundo se desperdician un tercio de los alimentos que se producen (1.300 millones de toneladas). En la UE, la mayoría de este desperdicio procede de los hogares. Reducir este impacto, puede contribuir de forma positiva a reducir el hambre en el mundo.
- Compra de forma consciente y responsable: opta por los productos de comercio justo y de cercanía. Así, todos los productos de compres respetarán los derechos humanos, su producción se llevará a cabo mediante prácticas justas y se protegerá el medio ambiente.
- Aboga por iniciativas que busquen mejorar la seguridad alimentaria: apoya y difunde las iniciativas privadas y públicas que luchen contra la inseguridad alimentaria: bancos de alimentos, la agricultura sostenible, la agroecología, los micromecenazgos agrícolas… Todas estas propuestas ayudan a mejorar el mundo y las comunidades que los habitan.
Recuerda, tú también marcas la diferencia cuando ayudas a los más vulnerables. Hagamos que la inseguridad alimentaria se convierta en un problema del pasado. ¡Juntos, luchando por el derecho universal a la alimentación!