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En el año 2007, la Asamblea de las Naciones Unidas proclamó el 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social. Esta fecha nos recuerda la importancia de defender y construir sociedades donde la igualdad de derechos y oportunidades entre todas personas, independientemente de su género, raza, estatus económico u otra diferencia, sean una realidad. Solo de esta forma podemos conseguir un futuro sostenible, seguro y en paz.
¿Qué es la Justicia Social?
La justicia social es un principio que persigue la equidad de acceso a derechos, oportunidades y recursos de los miembros de una sociedad. Su base se encuentra en la idea de que todos somos iguales, independientemente de nuestro lugar de procedencia, raza, religión, sexo…, por lo que debemos tener igualdad de condiciones para poder vivir dignamente y desarrollarnos. Desde el acceso a la educación a la participación en la vida pública, la justicia social permea a todas las capas de la sociedad. La justicia social no busca únicamente garantizar la igualdad de todas las personas ante la ley, sino corregir desigualdades estructurales que impiden que todos podamos desarrollarnos por igual.

La Iglesia y la Justicia Social.
Desde sus orígenes, la Iglesia ha promovido principios y valores estrechamente vinculados a la justicia social, como son la dignidad humana, la solidaridad o la ayuda a los más vulnerables. Además, es un principio fundamental de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), el conjunto de enseñanzas de carácter social que la Iglesia invita a practicar.
A lo largo de los siglos, varios Papas han tratado este tema en sus encíclicas, siendo las más recientes:
- Caritas in Veritae (2009): escrita por el Papa Benedicto XVI, relaciona la Justicia Social con la globalización, la ecología y la ética en la economía.
No basta decir que la justicia no es extraña a la caridad, que no es una vía alternativa o paralela a la caridad: la justicia es «inseparable de la caridad», intrínseca a ella. La justicia es la primera vía de la caridad o, como dijo Pablo VI, su «medida mínima», parte integrante de ese amor «con obras y según la verdad» (1 Jn 3,18), al que nos exhorta el apóstol Juan.
Caritas in Veritae, 2009. Papa Benedicto XVI
- Fratelli Tutti (2020): escrita por el Papa Francisco, promueve la fraternidad universal a la vez que critica las desigualdades económicas e invita a un compromiso renovado con los más vulnerables.
El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si esa situación nos llevara a desconocer que todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos».
Fratelli Tutti, 2020. Papa Francisco.
La Justicia Social, base del Carisma Vicenciano.

Para San Vicente de Paúl, la justicia social ocupaba un lugar central dentro de su forma de servir y evangelizar. El servicio y la entrega a los más vulnerables, en los que reconoce la presencia de Cristo, es su forma de defender la dignidad humana de todas las personas. Este enfoque va más allá de una asistencia material, sino que busca promover la inclusión, la equidad y la participación activa de todas las personas en la sociedad.
En COVIDE-AMVE, como organización del tercer sector nacida en este carisma, estamos comprometidos con esta forma de entender y trabajar con los más vulnerables. Como dijo San Vicente de Paúl: “No puede haber caridad si no va acompañada de justicia.” (SV II, 54 / ES II, 48). Por ello, esta promesa tiene un carácter integral a través de una acción directa en las causas estructurales que potencian el ciclo de la pobreza.

Sin duda, nuestra forma de actuar se basa en una idea fundamental: “evangelizar sirviendo”. De esta manera, nuestra forma de trabajo no tiene un carácter asistencialista, sino que promueve procesos de transformación social, en los que el amor y la justicia son esenciales. Así, queremos generar las oportunidades a las que los más vulnerables tienen derecho, buscando y defendiendo la construcción de un mundo más justo y solidario. De esta forma, nuestro carisma es un modelo vivo de compromiso en la búsqueda de la implementación de la justicia social en la actualidad.
¿Y qué puedes hacer tú?
Aunque no lo parezca, los pequeños gestos son claves para conseguir un cambio. Por eso tu colaboración, sin importar como se dé, permite que podamos llegar a conseguir una sociedad mejor. Estos tres simples gestos, son esenciales para ello:
- Colabora con las ONG que trabajamos por la implementación de la Justicia Social en las sociedades de hoy.
- Haz que tus compras se conviertan en potencia de cambio a través de productos de comercio justo.
- Se activo, participa y exige cambios en las políticas públicas para que estas tengan la Justicia Social como guía.
¿Qué, te animas a ser el motor de un mundo mejor?