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Situado en el África de los Grandes Lagos, Burundi y Rwanda son dos pequeños países del centro del continente cuya zona oeste está bañada por las aguas del Lago Tanganica. Entre las extensas sabanas ecuatoriales del país se esconde, por desgracia, la pobreza, la inseguridad y las secuelas de un conflicto armado que ha dejado profundas heridas en el país. Nada más entrar por la puerta de nuestra sede nacional, Sor Ana transmite un profundo amor por sus otras dos vocaciones: la enfermería y la misión. A pesar de llevar desde 2020 fuera de misión, este sentimiento no ha caído y sigue deseando poder volver allí donde se la necesite para ayudar a los más vulnerables. Hoy, la entrevistamos para que nos cuente cómo es la misión de estos países centroafricanos y qué desafíos tiene por delante.
PREGUNTA: Bienvenida denuevo a la sede de COVIDE-AMVE. ¿hace cuánto que no pasaba por aquí?
RESPUESTA: Pues mira, hace tantos que no me acuerdo… [se ríe]. No porque no haya venido a España, sino porque no he pasado por aquí. No sé si hace 10…
P: ¿Cuál fue el camino que te llevó a decir “sí” a la vida misionera como Hija de la Caridad?
R: Yo he sido de JMV, he seguido el proceso catecumenal completo desde los 14 años en Santa Fe, Granada. Esto fue en una época, te estoy hablando del año 81, 82 o 83, en la que JMV tenía mucho tirón. Allí ha sido donde he descubierto, he madurado y he crecido en la fe, fue un proceso, un camino… Y bueno, ya empezamos a plantearnos hacer un pequeño servicio durante los fines de semana en mi grupo de JMV, por lo que íbamos a Granada a una residencia. Luego ya nos planteamos hacerlo en verano, durante 15 días o un mes en un pueblecito de las alpujarras, Ugíjar. Fuimos allí a unas colonias con ancianos y luego con niños de Almería, siendo allí donde sentí que el Señor me llamaba.
Yo me resistía a esa llamada y, por eso, cuando se dio la oportunidad de ir a misión a Honduras, aquello se me encendió como una posibilidad. Además, MISEVI estaba empezando en ese momento, estaba M.ª Carmen Lupiáñez en la Comunidad Permanente en Honduras… por lo que para mí, aquello era una posibilidad. Hice esa experiencia intentando huir de una vocación y, al final, encontré otra más: la de misionera.

P: Desde el año 2020 está fuera de la misión, ¿qué ha estado haciendo durante estos años?
R: Ahora mismo estoy en Madrid haciendo un año de formación: un Máster en Medicina Tropical y Salud Internacional. Soy enfermera de profesión y, estoy aprovechando este impas que el Espíritu Santo me ha regalado para hacer esta formación. Además, gracias a los estudios que estoy cursando, he podido realizar prácticas en Etiopía durante un mes. Ha sido una experiencia maravillosa.
P: ¿Cuáles son los principales proyectos que realizáis en Burundi y Rwanda?
R: Las misiones en las que yo he podido participar por más tiempo son centros de salud en zonas rurales al ser yo enfermera. En uno de esos centros de salud se encuentra también una parroquia, que está a cargo de los Misioneros Paúles, una pequeña escuela infantil, un centro nutricional y un servicio social.

P: ¿Cómo es un día típico en tu labor como misionera en el país?
R: Normalmente nos levantamos y hacemos la oración en comunidad antes de ir al servicio, sobre las 5:30 o así. A veces también participamos en la eucaristía de la parroquia, sobre las 6:30 de la mañana, y luego cada hermana va al servicio: la escuela infantil, el centro de salud… desde las 7 de la mañana hasta las 12:30 más o menos. Descansamos un ratito para comer en comunidad y luego volvemos a nuestro trabajo hasta las 16:30 – 17:00 que terminamos nuestro trabajo. Volvemos a la comunidad y hacemos vida comunitaria: oración, preparamos la cena, hacemos tareas de la casa… El domingo es diferente porque todo gira en torno a la eucaristía comunitaria en la parroquia.
P: ¿Cómo transmitís el mensaje vicenciano en vuestra misión?
R: Nosotras a través de nuestro servicio, de nuestra manera de estar, yo creo… Trabajamos mucho en colaboración con los seglares, tanto en el servicio social como en la educación como en el mundo de la salud, nosotras somos muy pocas en los servicios en los que estamos: una hermana en la escuela infantil, una hermana en el servicio social y dos hermanas en el centro de salud. Transmitimos nuestra manera de hacer, de estar cerca de la gente con sencillez.

P: En la actualidad la RDC se encuentra sumergida en un conflicto armado muy grave. La situación ha desbordado a su vecino Burundi debido a la llegada de 42.000 refugiados según la ONU ¿cómo está la situación allí ahora mismo?
R: La situación está muy tensa ahora mismo. La situación es complicada desde el año 2015. Yo llegué en 2005, cuando se acaba de firmar el Tratado de Arusha, que ponía fin a la guerra civil. Desde 2005 a 2015 se vivió una época de estabilidad, de reconstrucción, una época de posguerra. En 2015 se produjo una crisis política brutal, con una gran cantidad de gente que se fue refugiada a Ruanda, un desastre, vamos… Echamos para atrás casi 10 años a nivel social y a nivel de muchas cosas. Esta crisis económica, social y política no se ha remontado desde entonces… Por ejemplo, hace 5 años 1 euro valía 3.500 francos burundeses ahora se encuentra en 7.500 francos burundeses… es una barbaridad. Además, no hay combustible, los productos están carísimos… Por otro lado, desde el COVID, se han cerrado las fronteras, a pesar de que se han ido abriendo, con Ruanda no ha sido efectiva.
Por ello, este conflicto ha venido a exacerbar la situación política que hay. Un país en esas condiciones socio-económicas a la que ahora le llegan más de 40.000 personas que tienen que comer, etc. Socialmente, hay mucha tensión.
P: El cambio climático es uno de los problemas más importantes del siglo XXI, ¿habéis notado sus efectos en la misión?
R: El tema de la sequía, la falta de lluvias… ¿Sabes qué pasa? Que allí tienen tantos problemas que el Cambio Climático no es una prioridad, no hay una conciencia sobre el tema y del efecto que tiene sobre este país.
P: Por último, para todos aquellos que nos leen y sientan la necesidad de colaborar, ¿Cómo pueden colaborar para que las Hijas de la Caridad puedan continuar ayudando a los más vulnerables en el país?
R: Pues siempre a través de la oración, que es la que nos sostiene. Y luego, yo siempre digo, que el que quiera ayudar a la misión, y a África, que invierta en justicia desde aquí, en justicia social, internacional… Porque mucho de lo que se vive allí es consecuencia de la estructura injusta del mundo. Muchos de los conflictos bélicos se producen por intereses económicos de las potencias y, entre esas potencias, están los países europeos, Estados Unidos, China… que se benefician económicamente. Recordad que para que nosotros vivamos bien, alguien está viviendo mal… por eso yo creo que invertir en justicia social, desarrollo sostenible, en la lucha contra el cambio climático… es una manera eficaz de mejorar las cosas.
