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El día 25 de enero tuvo lugar la jornada de COVIDE-AMVE de la región de Sevilla. Un día fraterno entre las hermanas, los padres paúles y seglares de las distintas ramas de la Familia Vicenciana que, movidos por el espíritu misionero, vicenciano y caritativo de san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac, se reunieron para profundizar en el objetivo de este año: GARANTIZAR UNA VIDA SANA Y PROMOVER EL BIENESTAR PARA TODAS LAS EDADES.
Desde la acogida y la oración previa a comenzar la formación, se palpaba el aire alegre y familiar de quienes se reúnen buscando el bien de los hermanos. Un sentimiento que se fue profundizando durante la mañana con la pedagogía, buen hacer y cercanía de sor María Teresa Brull. A medida que iba ahondando y explicando este objetivo que nos suponía un reto para todos y cada uno de nosotros se denotaba, aún más si cabe, la importancia de la colaboración con los proyectos y las becas de estudio, base de la formación y conocimiento de las personas pues los desarrolla integralmente para que puedan abastecer y subsanar dificultades en otras áreas como es la salud.
Tras la explicación del objetivo y dar algunos datos relevantes y a la vez desconcertantes por la situación de algunos países actualmente, acercó la realidad a nuestro hoy de acuerdo al parecer de nuestros Fundadores. Cuya conclusión no fue otra que debemos y tenemos que hacer más que lo que ya hacemos, que debemos animar y promulgar esta ONGD de la que todos somos responsables, pues es mucha y buena la labor que desde ella se hace y, desgraciadamente, en muchos casos, desconocida. Idea y convicción que fue resaltada y remarcada por sor María Luisa Elorza y sor Francisca Sánchez en su compartir como misioneras, y por Sor Sabina de Vera Cintas (Directora de COVIDE-AMVE) en su proyección y explicación de la participación e implicación de nuestra provincia con los proyectos y las becas.
Implicación, implicarse, comprometerse, darse,… son palabras que resonaron durante todo el día en las diferentes intervenciones y que nos apelan a trabajar por el bienestar del hermano que sufre. Somos el buen samaritano de la parábola, somos semilla en un mundo donde falta luz, donde se mira con ojos faltos de amor y compasión, donde encargarse del otro y subirlo a nuestra cabalgadura suena a falta de libertad, sin darnos cuenta que así, y solo así, acogemos a Quien realmente nos hace Libres. Somos llamados como san Pablo a salir de nuestra comodidad hacia las periferias de las que habla el Papa Francisco; y quienes mejor que nosotros, vicencianos, para ir en busca de aquel que nos necesita.
El día tuvo su momento culmen con el compartir de la celebración de la Eucaristía donde nos sentimos enviados con el mensaje de Jesús a dar Vida, a proclamar la Buena del Evangelio donde no se escuche su voz, donde la injusticia esté mermando el desarrollo de la persona, allí donde aún no se le conozca.
Damos gracias a Dios por esta jornada que impulsa la labor y nos invita a ser testigos de Cristo en nuestro mundo, ambiente, situación particular y comunitaria, allí donde estemos.