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El Obispo de la Diócesis de Trujillo (HONDURAS, C.A.), Mons. Luis Solé Fa, que tiene a su cargo la Moskitia Hondureña, una de las zonas más afectadas por los huracanes ETA y IOTA, ha enviado este documento:
Con la pandemia que no se va y con los dos huracanes que se fueron, pero dejando más desolación, pobreza y dolor, no permitamos que se nos escape esta Navidad. Debemos retenerla y abrazarla para que nos cure y nos transforme.
Navidad no es comer, beber, comprar, gastar hasta enjaranarse. Navidad es mucho más que abrazarse, felicitarse, visitarse o regalarse mutuamente. Entonces… ¿QUÉ ES LA NAVIDAD?
No es el cumpleaños de Jesús, porque, siendo el Hijo eterno de Dios Padre, existe desde siempre y para siempre. Navidad es, más bien, la celebración del Misterio de Dios Amor que nos ha querido amar haciéndose persona humana como nosotros y, por tanto, naciendo, viviendo y muriendo como lo hacemos todos los seres humanos.
Navidad es el nacimiento de otra manera de amar que la humanidad no conocía y que aún no terminamos de entender ni aceptar. Por eso podemos decir que a nuestra Navidad le falta mucho aún para ser la fiesta del nacimiento del Amor eterno de Dios, del verdadero amor.
Entonces: ¿CÓMO PODEMOS CELEBRARLA ESTE AÑO, TAN DISTINTO A LOS DEMÁS AÑOS?
Pues, sencillamente, hagamos que nuestro “nacimiento” o “pesebre” esté en todas partes, esté en cualquier parte donde encontremos a sus personajes. Hagamos que todos y cada uno de los personajes que ponemos en el nacimiento los encontremos allá en donde en realidad están. Y al saber encontrarlos los visitaremos como visitamos el nacimiento que se pone en Catedral al pie del altar, o como el que doña Chaio pone en el comedor de su casa junto al arbolito.
MARÍA Y JOSÉ: los vamos a encontrar donde haya unos papás que se quedaron sin casa, o que no tienen posibilidad de volver a la suya por estar inundada.
JESÚS: a él lo encontraremos en cada niño que ha nacido pobre. En cada niño que no puede ser alimentado de la manera que necesita para su desarrollo en los primeros años de su vida.
PASTORES: los encontraremos en los hombres y mujeres que han perdido su trabajo, que no tienen cómo adquirir lo que necesitan ellos y sus familias para subsistir. Los encontraremos en los que, aun siendo damnificados, se hacen solidarios para ayudar a los que más lo necesitan porque saben que muy poco o nada pueden esperar del gobierno y demás autoridades.
No nos preguntemos qué podemos regalarles por ser Navidad. Preguntémosles a ellos qué necesitan, no solo por Navidad sino para cada día. Así tendremos una visión más clara y realista de sus problemas y necesidades.
Entonces ya no nos parecerá bien ir a “regalarles algo”, sino que sentiremos la necesidad de ir a “compartir” con más generosidad y con mucho respeto por la situación en que viven. Entonces podremos organizarnos como aquellos MAGOS DE ORIENTE que le llevaron a Jesús los signos para reconocer quien era: el Rey de Reyes que había nacido pobre en Belén.
Seamos como los Magos de Oriente visitando y compartiendo con los personajes de este Nacimiento de la pobreza en vivo. No para llevar lo que nos sobra, sino lo que María, José, Jesús y los pastores, de esta Navidad 2020, más necesitan.