Cada año, el miércoles de ceniza, marca el inicio de la Cuaresma en el calendario litúrgico cristiano, siendo un momento de recogimiento y reflexión para toda la comunidad cristiana que nos prepara para la llegada de la Pascua. Al igual que una persona que camina por la arena y sus huellas quedan marcadas en la arena, estos días dejaran una profunda impresión en nuestra vida. La Cuaresma es el momento de renovar nuestro compromiso con los valores del Evangelio.

En este tiempo nuestras acciones, nuestro modo de actuar, de detenernos ante el hermano herido (como nos dice en su mensaje de este año el Papa Francisco), hablaban mucho más fuerte que nuestras palabras. Este momento del calendario cristiano es perfecto para salir de nosotros mismos, a mirar más allá de nuestras propias necesidades y a enfocarnos en el servicio a los demás. Recordemos, como nos dice el Papa, que el amor a Dios y al prójimo es un único amor.

Los proyectos de COVIDE-AMVE están inspirados por estos valores y se esfuerzan por mejorar las condiciones de vida de las comunidades más vulnerables en todo el mundo. Desde la atención a la salud y la educación hasta el apoyo a la agricultura sostenible y el desarrollo económico, estas iniciativas buscan promover a las personas de un trabajo decente y, así, crear sociedades justas y pacíficas. Durante la Cuaresma, tenemos la oportunidad de ser protagonistas de esta historia de amor y servicio, caminando juntos paso a paso hacia la creación de ese nuevo mundo, dejando huellas de solidaridad y esperanza.

Gracias a la Cuaresma podemos ser, más que nunca, protagonista de esta historia de amor y esperanza. Que este tiempo de reflexión y conversión nos inspire a seguir el ejemplo de Jesús, quien nos llamó a amar y servir a nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Que nuestras huellas en la arena de la solidaridad sean un testimonio vivo de nuestra fe y compromiso con un mundo mejor para todos.