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Cada 17 de noviembre se celebra la Jornada Mundial de los Pobres, una fecha que nos recuerda la importancia de poner a los más vulnerables en el centro de nuestra vida y misión. Este día, reflexionamos sobre la pobreza en el mundo desde todas sus dimensiones, mostrando que es una realidad compleja que no se asocia, exclusivamente, al ámbito económico.
¿Qué es la Jornada Mundial de los Pobres?
El Papa Francisco propuso en el año 2016 esta iniciativa con la intención de que la iglesia reflexione sobre la pobreza, pero saliendo fuera para encontrarla en todas sus dimensiones. Quería que los creyentes tomaran conciencia de la “cultura del desastre y del derroche” que vivimos en la actualidad, contraponiendo a esta la cultura del encuentro. La jornada no se circunscribe exclusivamente a la Comunidad Católica, sino que el Santo Padre quería que, independientemente de la confesión religiosa, compartan con los más vulnerables cualquier acción solidaria.
En el año 2013 el Papa Francisco recordaba en su primera exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, que: “el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres”. De esta manera, el Sumo Pontífice nos recordaba que Cristo decidió nacer entre los más pobres y que, por tanto, esta preferencia debe ser también la de propia Iglesia, poniéndolos “en el centro del camino”.
Mensaje del Papa Francisco por la Jornada.
Este año, el Santo Padre ha escogido como lema de la jornada: “La oración del pobre sube hasta Dios” (cf. Sirácida 21,5), recordándonos la importancia de la oración desde la humildad. En su mensaje también nos ha invitado a reflexionar sobre las causas injustas que generan estas situaciones en el mundo y, como Dios, no tolera este tipo de acciones.
El Papa también nos ha recordado que la auténtica oración se debe realizar con obras concretas: “Si la oración no se traduce en un actuar concreto es vana, de hecho, la fe sin las obras «está muerta» (St 2,26).” En este sentido, ha recordado a figuras como Santa Teresa de Calcuta o San Benito José Labré, cuya oración se transformó en acción de servicio a los que más lo necesitan.
Por último, el Pontífice ha querido realizar una llamada a la acción a todos los cristianos para que se comprometan a través de gestos de amor cotidiano a luchar y trabajar por un mundo en paz. También ha invitado a todos los fieles ha ser “peregrinos de esperanza” en este camino que nos queda hasta el Jubileo del próximo año 2025.
La pobreza en el mundo hoy: más allá de la pobreza económica.
Según datos del Banco Mundial, alrededor de 700 millones de personas viven con menos de 2,15 $ al día, siendo esta cifra la que se utiliza para marcar la pobreza extrema. A pesar de los avances conseguidos durante los últimos años, la pobreza extrema sigue situándose principalmente en el África subsahariana, en las zonas frágiles y afectadas por conflictos; y en las zonas rurales.
La pobreza no se reduce exclusivamente a la falta de recursos monetarios, sino que es una realidad mucho más compleja (tal y como te contábamos en este artículo por el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza). Entre las dimensiones que forman parte de la pobreza nos gustaría destacar:
- Falta de oportunidades: la falta de acceso a un empleo, la falta de acceso a una educación de calidad o la falta de acceso a los recursos, provocan que las personas no puedan mejorar sus vidas. Estas situaciones suelen darse, principalmente, en zonas rurales, frágiles y/o que están en conflicto, impidiendo que puedan construir un futuro digno.
- Exclusión social: aquellos que viven en este situación se les impide, a menudo, participar en los procesos de decisión que les afectan. Esto les aísla, todavía más, de la comunidad en la que viven, impidiendo alcanzar mejores condiciones de vida y limitando sus derechos.
- Impacto emocional: las personas que viven estas situaciones suelen sufrir niveles altos de estrés, de desesperanza o miedo debido a esta situación. Esto no hace más que provocarse malestar emocional, reduciendo su capacidad para afrontar y solucionar su situación.
Nuestro compromiso como ONGD Católica en la lucha con la pobreza.
Desde el mismo momento de nuestra formación en el año 2005, trabajamos por el desarrollo integral de los más pobres en el mundo. Luchamos contra el hambre y el subdesarrollo atacando a las causas estructurales que la producen, como la injusticia, el reparto desigual de bienes y oportunidades; o la insolidaridad. Como ONGD Católica, nuestra visión está fundamentada a través del evangelio, vivido desde el estilo del Carisma Vicenciano creado por nuestros fundadores: San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac.
Todo esto se ve reflejado en los proyectos internacionales de Cooperación al Desarrollo que desarrollamos. Estos proyectos los orientamos a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la Agenda 2030. Así, durante este año 2024, nuestros objetivos han sido el ODS 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos; y el ODS 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Buscando cumplirlos hemos desarrollados, entre otros, estos proyectos:
- Impulsamos, junto al Instituto Politécnico Mártir Cipriano: “Prácticas y experiencias profesionales con una perspectiva de equidad, integradora y sostenible en el sector de Hostelería y Turismo en la provincia de Nampula para promover el desarrollo socio económico a través de un turismo sostenible” en Lumbo, Mozambique.
- Promovemos, junto a la asociación Puerta Abierta, “una vida sana para personas que viven con VIH/SIDA y sus familias en el Valle de Sula”, en Honduras.
- Ayudamos a mejorar “los servicios sociales básicos: educación, salud y alojamiento; ofrecidos en un medio ambiente limpio y sostenible en las poblaciones de Lobito y Kibala” en Angola.
¿Qué puedes hacer tú?
Como ya os hemos dicho en otros artículos, ayudar a los países del sur global es una tarea en la que todos podemos colaborar. No podemos cerrar los ojos ante las necesidades de nuestro prójimo, por ello os dejamos 3 maneras con las que podéis tomar acción y ayudar a combatir la pobreza en el mundo:
- Infórmate, ora y sensibiliza: Tomar conciencia y llevar a otros a tomarla es una excelente manera de colaborar: cuantos más seamos conscientes de esta realidad, más personas podremos movilizar para combatir la pobreza. Recuerda lo que nos pedía el Papa: oremos con ellos, no por ellos.
- Sé voluntario: participa en iniciativas de diferentes organizaciones que busquen luchar contra la pobreza. No tienes por qué desplazarte a otro lugar, también puedes colaborar con aquellas que lo hacen en tu entorno más cercano.
- Apoya a ONGDs: ayuda a ONGDs que trabajan y están comprometidas con el desarrollo de los pueblos y las comunidades más vulnerables a lo largo de todo el mundo. Los proyectos que realizan ayudan a cambiar las vidas y el futuro de millones de personas en todo el mundo.
¿Nos acompañas en este misión? ¡Transformemos vidas juntos!